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Osa Andara

La llamada Osa de Andara de la mitología cántabra. Es una mujer-osa (una mujer con apariencia de osa, o una osa con aspecto de mujer). Su rostro era el de una mujer madura sin serlo y algo desdibujadas las facciones, cuando se enfada bizquea; tiene unas manos enormes de color oscuro, es brava y forzuda, pero rara vez demuestra su agresividad. Su cuerpo está cubierto por un traje viejo y vulgar, los cabellos son largos y de color oscuro, sus brazos y piernas están cubiertos del mismo pelo que tienen los osos. Desaparece con la llegada de las nieves, pero vuelve a aparecer con el buen tiempo para reanudar sus fechorías. Normalmente se alimenta de leche, castañas, raíces, maíz crudo y bayas de ciertos árboles y, a veces, de algún cabritillo.

Si algo destaca la Osa de Andara es que es un ser que está a medio camino entre la leyenda y la realidad, pues al parecer fue una mujer real, que vivió en esta región de Picos de Europa, en la región de Andara, en la segunda mitad del siglo XIX. Su leyenda, presente entre las gentes de la Montaña, es recogida por varios autores y ya está pasando a formar parte de la mitología montañesa.

Parece que, alejada de la sociedad humana, conocedora de las plantas medicinales para uso propio y de su rebaño, solo atacaba si se la hostigaba. Forzuda y brava, de cabellos de color leonado y extremidades de áspero e hirsuto pelo, se cubría con traje raído y corizas de piel de los cabritos que cuidaba en su pequeño rebaño, que apacentaba por toda la zona. De vez en cuando conseguía coger un rebeco recién nacido, que cuidaba con mimo y no mataba hasta que tenía otro para sustituirle.

OsaDeAndara

Allá sobre el año 1875 el escritor Joaquín Fusté Garcés narra la existencia de una extraña mujer-osa que habitó en las cuevas de La Hermida: “Vive en el Grajal y Mancondio, en verano, y las cavernas de la entrada de Ujo, por la parte de la Hermida, en invierno. Leche, castañas, raíces y maíz crudo son su ordinario alimento. Excepción hecha de algunas crías que reserva para que no mengüe su pequeño rebaño, se regala en la primavera y el otoño comiéndose crudos los cabritos que paren sus reses, la conozco mucho, y tanto, que sólo de mí hace caso, y no siempre, esta fiera.” Al parecer era una mujer huidiza con el ser humano, de costumbres toscas y salvajes pero a la vez capaz de criar y cuidar un rebaño de ovejas y rebecos que domesticaba desde su nacimiento. Su forma era de mujer, pero su cuerpo estaba cubierto de pelo, sus cabellos eran largos y morenos, sus manos ásperas y se cubría con un jubón.

No pasaría de ser un hecho anecdótico y que hubiera quedado en el olvido si no fuera porque el gran García Lomas lo recogió en su excelsa obra “Mitología y supersticiones de Cantabria” incorporándola definitivamente a nuestro subconsciente colectivo como pueblo. A las descripciones de Joaquín Fusté, García Lomas añade que...interpelamos, en 1924, a algunos vecinos de La Hermida y Espinama... nos enteraron de algunas versiones vinculadas de sus mayores, por las que deducimos que la mujer-osa, enfadadiza y aspariega e irreconciliable con el trato de gentes, casi carecía de atributos bestiales o de insania, muy paliados en tanto no era atacada u hostigada. Que, aunque hábil alimañera, se alimentaba también del áspero manjar de madroños o aborios y frutos del serbal y grosellero; de panales de miel y de las bayas y drupas de ciertos árboles y arbustos. Su único ajuar era una batea o dornajo para la leche y un cuchillo de cachicuerno; y su ropaje, un jubón demasiado ludido y recosido al refajo reviejo... irritada se ponía medio bizca, teniendo gruesas y excrecentes manazas, ambas terrosas y brunas de pigmentación. Parece ser que cada cierto tiempo no solo esquilaba su rebaño, sino también a ella misma. A menudo vivía en la Cueva De La Mora, de Peña Ventosa, o en una taina existente en Áliva.

Fuentes[]

CANO HERRERA, Mercedes, Entre anjanas y duendes. Mitología tradicional ibérica. Valladolid, 2007.

http://personales.mundivia.es/llera/mitologia.htm

http://guiamagicadecantabria.blogspot.com.es/2010/01/la-osa-de-andara.html

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